VERSIÓN ESTENOGRÁFICA. Acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado mexicano y Disculpa Pública a la Defensora de Derechos Humanos Digna Ochoa y Plácido y familiares.

Acto encabezado por el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez.

Secretaría de Gobernación | 19 de octubre de 2022

Acto de Reconocimiento de Responsabilidad del Estado Mexicano y Disculpa Pública a la Defensora Digna Ochoa y Plácido y familiares el 19 de octubre de 2022.

MAESTRA DE CEREMONIAS: La Subsecretaría de Derechos Humanos Población y Migración, así como la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos, agradece su asistencia y les da la más cordial bienvenida a este acto de reconocimiento de la responsabilidad del Estado mexicano y de disculpa pública a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa y Placido, así como sus familiares.

Agradecemos la presencia de los familiares de la defensora Digna Ochoa, Señor Jesús, Carmen, Elia, Guadalupe, Agustín, Juan Carlos, Luz María, Roberto, Ismael, todos de apellido Ochoa y Placido, sean ustedes bienvenidas y bienvenidos a este evento.

De igual forma, saludamos, a Lorena Ochoa Gutiérrez, Digna Estefany González Ochoa, Dulce María Morales Ochoa, Teófilo Betancourt Gasca, Jesús Gabriel Ochoa Mora y Sandra López Jiménez, sean también bienvenidas y bienvenidos a este evento.

De parte de la representación del Estado mexicano, saludamos al Subsecretario de Derechos Humanos Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez; saludamos también al Doctor Cristopher Ballinas Rodríguez, Director de Derechos Humanos de la Cancillería; Senadora Olga Sánchez Cordero, bienvenida; saludamos también a Martha Yuriria Rodríguez Estrada, Comisionada de Atención a Víctimas; y a Enrique Irazoque Palazuelos, Titular de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos; sean bienvenidas y bienvenidos a este evento. Asimismo, recibimos con estima a Martí Batres Guadarrama, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México; Ernestina Godoy Ramos, Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, gracias por su participación.

Desde luego saludamos a la representación del Caso, por parte del Centro por la Justicia y Derecho Internacional, CEJIL, le damos la Bienvenida a Viviana Krsticevic; y Marcela Martino; mientras que, por parte del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, saludamos a Karla Micheel Salas y David Peña.

Saludamos y agradecemos también, a quienes nos acompañan en este recinto y a quienes nos siguen a través de la transmisión directa por las redes sociales oficiales y en especial a las organizaciones de la sociedad civil a defensores y defensoras de derechos humanos, a familias y víctimas, así como todo el equipo diplomático que nos acompaña el día de hoy, muchas gracias.

Este acto, tiene como finalidad el reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado mexicano de las violaciones a los derechos humanos de Digna Ochoa y Placido, así como de su familia, en cumplimiento a lo ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como medida de satisfacción en el marco de la reparación integral del Caso.

En primer lugar, solicitamos a la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Dirigir un mensaje en representación de la Cancillería.

CRISTOPHER BALLINAS VALDÉS: Buenos días a todas, a todos, todes, en nombre del Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon y personas integrantes del presídium los saludo, también reciban un saludo desde la cancillería.

El día de hoy nos reunimos para que el Estado mexicano en cumplimiento con sus compromisos internacionales promoción, protección y respeto de los derechos humanos ofrezcan una disculpa pública y reconozcan su responsabilidad ante las inaceptables omisiones ocurridas y que impidieron garantizar la integridad y vida de Digna Ochoa y Placido, así como, las faltas en el proceso de acceso a la justicia que entre otras cosas afectaron la reputación a través de procesos revictimizantes; junto con ello, se afectó a su familia y a su gremio las tan importantes personas defensoras de derechos humanos.

Es por ello que el 19 enero de 2022, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció que los Estados deben de garantizar el acceso irrestricto y sin discriminación de las mujeres a la justicia asegurando que las defensoras de derechos humanos accedan a un sistema de justicia que se ajusta a las normas internacionales y de competencia asegurando eficiencia, independencia, imparcialidad, integridad, credibilidad y una investigación diligente; también la Corte Interamericana reconoció que deben ser las propias personas defensoras de derechos humanos quienes definan sus prioridades y necesidades de protección y en ese sentido, deben de ser acompañadas desde una lógica de respeto a su voluntad.

Las anteriores medidas son fruto de su tenaz, incansable y ejemplar lucha, de la familia Ochoa y Placido, así como sus representantes por conseguir acceso a la justicia y respeto a los derechos humanos en todas sus funciones y que nos refrenda la oportunidad que tiene el Gobierno Federal de fortalecer la capacidades Institucionales de respuesta para la protección de los derechos humanos y que estamos trabajando en ello para contar con un marco jurídico e institucional a la altura de ello de estos desafíos con el acompañamiento de Organismos Internacionales en la materia de la sociedad civil de los colectivos y colectivas y sobre todo del acompañamiento de familiares de las víctimas.

Desde la zona montañosa de Veracruz la vida de Digna Ochoa y Placido, levanto su espíritu, su voz por las y los defensores de los Derechos Humanos, es reconocida su incrementable lucha por sentar “el acción” de lo justo, el cambio social en el país, y por ello dedico su vida a su principal convicción que era la justicia.

Ese espíritu y tenacidad, esta también presente en la familia Ochoa y Plácido, he de reconocer también, su lucha de familia para que se hiciera justicia, para ellos también nuestro reconocimiento por su lucha por sobrellevar los atroces eventos por los cuales la vida de Digna Ochoa le fue arrebatada, sino también por vivir cotidianamente ante la insensibilidad de la burocracia encargada de hacer justicia, sino que también los hechos revictimizantes que implica llevar este caso a todas las instancias locales, nacionales, internacionales, para que se hiciera justicia.

Por ello la importancia de estos eventos de reconocimiento, donde obligadamente el Estado, las víctimas indirectas, la Sociedad Civil, coincidimos en este espacio, no solo en el cumplimiento de los compromisos internacionales, sino también, con la humildad de querer prevalecer en el servicio público que se debe expresar que se hicieron mal las cosas junto con expresar nuestra solidaridad, reconocimiento y disculpa ante los hechos lamentables del pasado que han lastimado a familias completas como ha sido la de Digna Ochoa. Por ello los actos de reconocimiento de responsabilidad del Estado y las disculpas públicas ante violaciones de derechos humanos ocurridas en el pasado forman parte de una reparación integral y reflejan la actitud responsable del gobierno mexicano al emitir sus omisiones, repudiar estas prácticas, aseguran que se tomarán las medidas adecuadas para que estos casos no vuelvan a suceder.

Desde la Cancillería, como parte del Estado mexicano tenemos una conciencia institucional orientada a la ética del servicio público, por ello estamos aquí para acompañar el reconocimiento del fallo de la instancia internacional de derechos humanos y demostrar con profundo respeto a las víctimas que es la mejor herramienta que tenemos para reconciliar un pasado de adversidades que han impactado la vida privada y la memoria colectiva.

El reconocimiento de responsabilidad que estamos presenciando, parte también del reconocimiento de las oportunidades que tiene el Estado mexicano para apegarse de manera rigurosa a la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, así como, a cualquier norma que proteja a las mujeres y en especial a las personas defensoras de derechos humanos.

Por mandato de nuestra institución, seguiremos de cerca el cumplimiento de la sentencia emitida en el caso de la muerte de la defensora Digna Ochoa y Placido, destacando los avances y propiciando el cumplimiento, siempre involucrando a la familia de sus representantes.

Hacemos también un atento llamado a las autoridades responsables de la instrumentación, así como, aquellas de la coordinación de las acciones para cumplimentar esta sentencia y acelerar las gestiones para atenderla cabalmente; también hacemos un llamado a las autoridades encargadas de su instrumentación para que tomen en cuenta lo omitido por diferentes instancias internacionales y, sobre todo, consultar siempre a la familia. Las víctimas han esperado mucho para acceder a la justicia y exigen que el Estado mexicano este a la altura de sus demandas.

Expresamos desde la cancillería, nuestra más sincera empatía y reconocimiento por la lucha que han llevado todos estos años, las víctimas han esperado para acceder y exigen que estemos a la altura, en este espacio, reiteramos nuestro reconocimiento a la trascendental labor de las personas defensoras de derechos humanos pues consideramos que su trabajo es fundamental para la obtención de justicia, verdad y reparación.

Por eso trabajamos junto con la Secretaría de Gobernación y otras instituciones para acceder y para que puedan acceder a todos sus derechos y que las personas, sobre todo las personas defensoras de derechos humanos participen en la vida democrática ya que aportan grandemente a esta democracia.

Esperamos entonces que este acto solemne del Estado mexicano sea reparador para la familia, así como para los colegas de Digna Ochoa y Placido, toda nuestra solidaridad y reconocimiento por su lucha, muchas gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos la participación de la representación de la Cancillería, siguiendo con nuestro programa, solicitamos al secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, dirigir unas palabras en el marco del caso que hoy nos convoca.

MARTÍ BATRES GUADARRAMA: En representación de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, saludo con respeto, reconocimiento y admiración a la familia de Digna Ochoa y Placido, particularmente a su hermano Jesús Ochoa y Placido, saludo a la Organizaciones Civiles presentes, a las personalidades presentes, a los representantes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a las y los integrantes del Presídium y a todas y todos que se encuentran a aquí reunidos.

El Gobierno de la Ciudad de México se congratula con la realización con este acto de reconocimiento de responsabilidad y disculpa pública en el Caso Digna Ochoa y Placido, también manifestamos nuestro beneplácito por la reapertura del caso por parte de la Fiscalía de la Ciudad de México y la creación para ello, de la Unidad del Caso Digna Ochoa con el compromiso de llegar a la verdad y la justicia.

Digna Ochoa y Placido, fue una defensora de derechos humanos en el ámbito nacional mexicano e internacional, integrante del equipo del Centro Pro, Derechos Humanos, participó en la defensa de varios casos de gran relevancia en México, tales como la Masacre de Aguas Blancas; o Las violaciones de los derechos humanos sufridos por los ecologistas Cabrera García y Montiel Flores; o Los Señores García Cruz y Sánchez Silvestre; casos estos últimos, que fueron posteriormente sometidos, por la Comisión ante la Corte Interamericana.

Digna Ochoa y Placido, ha sido identificada por su fuerte vocación social y amplio sentido ético, eso, hizo que fuera reconocida de manera muy especial, ya que defendió, a quien pocos o nadie quería defender. Su labor la hizo merecedora de la medalla Roque Dalton; el premio de Amnistía Internacional para defensores de derechos humanos; el premio de la Asociación de Derechos Humanos de la Barra de Abogados de Nueva York; entre otros destacados reconocimientos.

El 19 de octubre de 2001, a las 18:00 horas, Digna Ochoa fue encontrada sin vida en el despacho de la Organización de Servicios Legales de la Organización y Estudios Jurídicos, Asociación Civil.

La muerte de Digna Ochoa y Placido, tuvo repercusión nacional e internacional, se manifestaron públicamente, el entonces Presidente de México, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal y el Procurador General de Justicia del Distrito Federal, Legisladores de la Asamblea Legislativa, Integrantes de la Comisión de Derechos Humanos, entre otros; en el ámbito internacional, fueron muchas las Organizaciones que expresaron su pesar y exigieron el esclarecimiento las circunstancias de la muerte de la defensora de derechos humanos, tales como el gobierno francés, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas y diversas Organizaciones de Derechos Humanos, además, en el año 2002 recibió de manera póstuma el reconocimiento internacional de derechos humanos de Global Change; en el año 2003 recibió El Premio Internacional de Derechos Humanos Ludovik Trariex.

Digna Ochoa fue una figura emblemática en la defensa de los derechos humanos y su muerte causo una gran indignación. Entre los años 2002 y 2003, por medio de la gestión de la Comisión Interamericana y con el consentimiento del Estado, un grupo de expertos independientes fue convocado, para realizar un estudio respecto de sí las pruebas técnicas respecto del marco de la investigación de la muerte de Digna Ochoa en las áreas de patología forense, balística y criminalística se adecuaban a los estándares internacionales.

En el referido informe, se concluyó que algunas de las pruebas practicadas en el marco de la investigación, no fueron evacuadas en la investigación en forma ajustada los métodos y procedimientos y ello debido, a procedimientos rutinarios y desactualizados que realizaban los Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del distrito Federal y el Servicio Médico Forense del Tribunal de Justicia del Distrito Federal.

De acuerdo con lo indicado con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el caso se relaciona con la alegada existencia de irregularidades graves en la investigación en la muerte de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa ocurrida el 19 de octubre de 2001, su muerte se insertaría en un contexto de hostigamiento de ataques y hostigamientos de ataques en contra de personas defensoras de derechos humanos en México, en consecuencia, la comisión concluyó que si el estado era responsable por la violación de derechos humanos a la protección judicial de las garantías judiciales establecidos en los artículos 3.1 y 25 de la Convención Interamericana en relación con las obligaciones establecidas en el artículo 1.1 del mismo instrumento en perjuicio de los familiares de Digna Ochoa.

Dentro de los puntos resolutivos de dicha resolución se establece, uno que quiero destacar de manera particular en este caso, otorgar el nombre de “Digna Ochoa y Plácido” a una calle en la Ciudad de Misantla, estado de Veracruz, así como en la Ciudad de México, para cumplir con esta obligación el estado cuenta con un plazo de 2 años a partir de la notificación de la presente sentencia.

Por lo expuesto, en la Comisión de nomenclatura de la Ciudad de México, se ha aprobado el siguiente Acuerdo de la Comisión de Nomenclatura de la Ciudad de México por el que se modifica la nomenclatura de la calle “General Gabriel Hernández” en el tramo comprendido, entre la calle Doctor Lavista y Avenida Doctor Río de La Loza por "Calle Digna Ochoa y Plácido" en la Colonia Doctores de la Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México.

El acuerdo señala, primero, la Comisión de nomenclatura de la Ciudad de México modifica la nomenclatura de la Calle General Gabriel Hernández, en el tramo comprendido entre la Calle Doctor Lavista y Avenida Doctor Río de La Loza por Calle Digna Ochoa y Plácido en la Colonia Doctores de la Alcaldía Cuauhtémoc y Transitorios, publíquese el presente acuerdo en la gaceta oficial de la Ciudad de México para su debida observación y aplicación; Segundo, el presente acuerdo, surtirá efectos a partir del día de su publicación.

Quiero informar, que hoy fue publicada en la gaceta oficial de la Ciudad de México el referido Acuerdo, por lo tanto, hoy ya existe la Calle Digna Ochoa y Plácido y dicha calle se encuentra a un costado de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, muchas gracias por su atención.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos la participación de la representación del Gobierno de la Ciudad de México y ahora solicitamos a la Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy Ramos, compartirnos un mensaje.

ERNESTINA GODOY RAMOS: Muchísimas gracias, es un acto muy emocionante, así que espero poder hablar.

Saludo con mucho respeto afectuosamente a Don Jesús y a toda la familia de Digna; saludo a los integrantes del Presídium; a todo el equipo jurídico que ha venido acompañando a la familia; a los representantes de los Organismos y Organizaciones Nacionales e Internacionales de Colectivos y a personas defensoras de derechos humanos, les agradezco que estén en este acto como testigos sociales, su labor es necesaria y fundamental, a ustedes les decimos que su presencia es importante para dar cuenta de la postura y compromiso que las Instituciones del Estado mexicano y las autoridades responsables hemos asumido y que hoy refrendamos.

Hoy honramos la memoria de Digna Ochoa y Plácido, mujer abogada, defensora de derechos humanos, originaria de Misantla, Veracruz, quienes la conocimos la recordamos como una mujer sensible, sincera, generosa, llena de vida y de sueños, a ella, nuestro respetuoso recuerdo.

Digna Ochoa y Plácido fue una defensora de derechos humanos, dedicó su profesión su espíritu y su alegría a la defensa de personas en situación de vulnerabilidad y que participaban en causas sociales justas, siempre justas, defendió estudiantes, defendió ambientalistas, defendió a activistas sociales, incluso a muchos que hoy estamos en los gobiernos.

Digna Ochoa fue parte de un grupo de abogadas y abogados que hicieron de su profesión una herramienta de cambio; las tareas que desempeñaban de acompañamiento de casos y asesorías hicieron que este grupo de abogadas y abogados fueran perseguidos por aquellos cuyos intereses eran cuestionados, no es casual que fueran objeto de actos intimidatorios.

Digna representa, no solo, a una abogada; Digna representa a una mujer defensora de derechos humanos y las acciones que desempeñó son un ejemplo en la práctica concreta del derecho humano a defender los derechos, cierto es que, quienes ejercen el derecho a defender derechos humanos no están exentos de ser estigmatizados, quienes hoy estamos en el gobierno federal o gobiernos locales venimos de esas mismas visiones de esos mismos principios y postulados éticos y orígenes que dieron motivo a que Digna Ochoa para ser una defensora de derechos humanos y sabemos y conocimos de actos de represión y de persecución.

El ejercicio de la protección y promoción de los derechos humanos es una acción legítima y necesaria para la transformación de la sociedad, por ello, en este gobierno y en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México reivindicamos la labor de las defensoras y defensores de derechos humanos; su labor constituye un pilar para la transformación estructural de nuestro país, para la democracia y para la transformación.

Con plena convicción ética debo indicarse que, de modo previo a la emisión de la sentencia de la Corte Interamericana, la representación del Estado mexicano comunicó a la Corte Interamericana que esta Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, bajo una visión garantista y de justicia restaurativa, consideró procedente la reapertura de la investigación. La continuación de esta investigación se encuentra a cargo de una Unidad creada exprofeso, Unidad Especializada para la Investigación del Caso Digna Ochoa, conformada por un grupo multidisciplinario de personas servidoras públicas, mayoritariamente mujeres, que hoy se encuentran en este acto, especialistas en la investigación ministerial, en la investigación policial, en el análisis de contexto, en el enfoque de género y la perspectiva diferencial de derechos humanos.

Esta unidad cuenta con el voto de confianza de la familia Ochoa y Plácido, con quienes hemos trabajado de manera muy cercana.

El grupo de trabajo se ha ocupado de diseñar ya, un plan estratégico de investigación que ha considerado en su perfilamiento, entre otros, los esquemas de investigación ministerial propuestos por la Organización de las Naciones Unidas, así como, documentos y protocolos que garanticen con la debida diligencia, con perspectiva de género y en un plazo razonable, que ese equipo interdisciplinario se aboque al esclarecimiento de los hechos e identificar a los responsables que esos hechos.

El trabajo que se encomienda a la Unidad Especializada a cargo de este caso tendrá el acompañamiento de otras áreas del órgano de procuración de justicia de la Ciudad de México, debo indicar que ese colectivo de personas profesionales tiene la disposición más amplia y sincera de construir una relación colaborativa, horizontal, atenta y respetuosa con la familia y la representación legal para que la tarea transcurra en condiciones idóneas atendiendo a las relevancia que respecto de la familia y la comunidad tiene el esclarecimiento de los hechos.

En cumplimiento de la sentencia emitida por la instancia jurisdiccional del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y principalmente, así como por la empatía del Estado mexicano, hacia la familia Ochoa y Plácido en representación de las personas servidoras públicas de la Fiscalía General de Justicia, ofrezco todas las garantías y la transparencia para formular una investigación exhaustiva y considerando los parámetros convencionales dispuestos en la sentencia de la corte, para darle a la familia Ochoa y Plácido debido acceso a la verdad y justicia.

Esta ciudad es nuestro mundo, es nuestra casa, nuestro lugar en donde desarrollamos nuestra vida profesional familiar y amistosa, es aquí, donde viven y se desarrollan nuestros seres queridos, por eso, debemos asumir el reto de transformar esta sociedad, a través de nuestro actuar. En este empeño es importante el acompañamiento y colaboración que nos brindan personas como Digna Ochoa, personas defensoras de derechos humanos de las organizaciones de la sociedad civil de la Academia, así como, por parte de las y los colectivos de defensoras y defensores de derechos humanos como lo son las y los abogados de la familia Ochoa.

Necesitamos el apoyo y necesitamos su crítica, necesitamos su acompañamiento, nos es necesaria la mirada fresca y sus conocimientos, nos parece que de esa manera también estamos reivindicando la memoria de digna Ochoa, la enorme tarea de Don Jesús Ochoa y Plácido y su familia para llegar a la verdad y justicia, debe ser, no menos que reconocida de una manera franca, abierta, honesta por eso necesitamos a personas y familias como la de Digna Ochoa para transformar este país.

Desde la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, asumimos el compromiso de darle no solamente a la familia, pero en principio a ella, sino a toda la sociedad el mejor trabajo de investigación y celebramos muy emocionada de mi parte este acto de reconocimiento del estado mexicano del derecho que tiene la familia de digna Ochoa para acceder a la justicia y a la verdad. Muchas gracias a todas y a todos.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos el mensaje de la Fiscalía de la Ciudad de México y ahora invitamos a la Senadora Olga Sánchez Cordero a dirigir unas palabras.

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: Muy buenos días a todas a todos ustedes, queridísima familia de la defensora Digna Ochoa y Plácido, qué bueno que están aquí en este acto, en este acto de reconocimiento del Estado mexicano, también quiero saludar con muchísimo afecto a Alejandro Encinas Rodríguez, gracias Alejandro, Subsecretario de Derechos Humanos Población y Migración por tu compromiso en todos estos temas de derechos humanos, igualmente saludo a Enrique Irazoque, gracias Enrique, a la representación de la Cancillería, muchas gracias por estar aquí, también por supuesto quiero saludar a Martí Batres; Martí qué buena noticia nos acabas de dar, de que ya está esta calle que hoy se publicó en la gaceta y bueno, es una de las de los cumplimientos que contiene la sentencia, y no se diga también a nuestra querida Fiscal Ernestina Godoy, que también nos ha compartido esta enorme noticia de este equipo de expertos de Fiscales y de personas muy capacitadas y preparadas para llevar a cabo esta investigación, y por supuesto a todos los integrantes del Presídium, pero también a las Organizaciones de derechos humanos y a las Organizaciones internacionales y al acompañamiento de los abogados que ha tenido este caso,

A mi generación, le correspondió enfrentar la versión más autoritaria y oscura del Estado mexicano a la historia moderna de nuestro país, una versión de México en la que en muchas ocasiones el gobierno revictimizaba con impunidad e incluso era el primer sospechoso de articular la violencia homicida y feminicida; ésta desplegada en muchos casos contra la conciencia crítica de nuestra sociedad y encarnada en personas como los periodistas, activistas sociales, líderes de oposición o defensores de derechos humanos como lo era Digna Ochoa y Plácido.

A Digna Ochoa siempre la recordaremos como una guerrera, cuya pasión por la justicia y el amor a la libertad, definió sus luchas y su existencia misma, siempre en la búsqueda de defender los derechos humanos ante las arbitrariedades de los gobiernos de entonces. Su voz se sumó a la lucha por la democracia en los ochenta y al respeto del estado de derecho y los derechos humanos en la década de los noventa, ahí me tocó conocerla, en la Suprema Corte, cuando ella iba a defender estas causas.

En esas batallas, nunca enmendó el terreno ante las amenazas y a pesar de los secuestros y la barbarie del autoritarismo de caciques locales o la violencia homicida y feminicida, siempre clara, siempre dispuesta, siempre digna como su nombre, a enfrentar riesgos por revertir injusticias hasta que las inercias institucionales de ese México la alcanzaron y la revictimizaron, con el manto de la impunidad. Hoy, podemos apreciar en este acto que ese país ha quedado atrás y aunque hay todavía muchos riesgos al defender lo que es justo, las amenazas tengan la seguridad, ya no provienen del del Estado mexicano.

Recordemos a Digna Ochoa, mantengamos viva su memoria, haciendo que ese México en el que se pierde la vida por defender el adecuado proceso y se revictimiza con las inercias autoritarias de las instituciones de procuración de justicia, nunca regresé más a nuestro país. Muchas gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos el mensaje de la Senadora y ahora damos el uso de la voz a la Comisionada Ejecutiva de Atención a Víctimas, Martha Yuriria Rodríguez Estrada, para dirigir un mensaje a las víctimas del caso.

MARTHA YURIRIA RODRÍGUEZ ESTRADA: Buenos días a todas y todos.

Buenos días hermanas y hermanos, así como familia presente y a distancia de Digna Ochoa y Plácido; Jesús, Carmen, Elia, Estela, Guadalupe, Juan Carlos, Luz, María, Roberto, Ismael, Lorena, Digna Estefany; Dulce María, Teófilo, Jesús Gabriel y Sandra; buenos días Michel, David, Viviana y Marcela, así como, demás representantes legales de Digna y su familia; Subsecretario Alejandro Encinas; Director General de Derechos Humanos y Democracia, Cristopher Ballinas; Senadora Olga Sánchez Cordero; Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres; Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy; al Titular de la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos, Enrique Irazoque; es un honor estar con ustedes, en este espacio de reconocimiento honesto, sincero, genuino y de corazón que realizamos el día de hoy.

Hace 21 años se cometió un crimen en contra de la familia Ochoa y Plácido y de la sociedad en general, un acto que, hace 21 años un Estado que se resistía a reconocer la existencia de los derechos humanos como un eje rector de la sociedad democrática ultimó con un mensaje, cualquier persona que se atreviera a ejercer su derecho a defender las injusticias, no solo arriesgaría su vida, no solo sería peligroso, sino que ese sistema de hace 21 años generó una verdad políticamente cómoda y como dijo la Corte Interamericana en su sentencia, encaminada a denostar la imagen pública de Digna, polarizar a la sociedad mexicana y sustentar ante la opinión pública la versión del suicidio, haciendo uso de estereotipos de género.

Ese mensaje que se intentó enviar hace 21 años, lejos de frenar la lucha por la transformación de un país que no solo garantizara la justicia para aquellos grupos, como los pudientes, los poderosos, los privilegiados, perpetuó los ideales de Digna, no vivir con miedo, contar las historias de quienes han sufrido más, llegar a los lugares donde se tenga que llegar.

El compromiso social de Digna más allá de ser castigado con su feminicidio fue perpetuado a través de las nuevas generaciones que luchan por la justicia, para aquellos los más desprotegidos, las y los más abusados, las y los minimizados, las y los pobres.

Para la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, más allá de las implicaciones de la sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos de garantizar en su totalidad la salud de la familia Ochoa y Plácido, su vida y su legado, es un recordatorio para quienes integramos esta institución, de tener como ideales defender el derecho a tener justicia, defender el derecho a tener verdad, defender el derecho a la protección y a la reparación, y defender el derecho a defender.

El día de hoy, las mujeres y los hombres que integran la CEAV que trabajan por garantizar los derechos de las víctimas, no solo dignifican la memoria de Digna, siguen sus pasos y preservamos su memoria porque sabemos y conocemos su vida y el legado de esa mujer, que peleó por la dignidad todos.

Preservar la memoria de Digna y el legado de la defensora Digna Ochoa como víctima de un asesinato no investigado con la debida seriedad, es parte de la justicia y reparación, que no solo esperan sus familiares, sino que esperan muchas familias; también, es un mensaje de esperanza para aquellas personas que integran la asesoría jurídica ante un sistema de justicia que aún se resiste a garantizar los derechos de los más vulnerables, es un mensaje de fuerza, para las y los psicólogos, que acompañan a las víctimas ante la constante frustración por las injusticias, es el ánimo de las y los trabajadores sociales, que se enfrentan día a día al documentar las historias no contadas de quienes han sufrido más y buscar las herramientas para mitigar su dolor.

Ese trabajo que realizan las personas que colaboran en la CEAV y mantienen un compromiso con las víctimas, está marcado con la responsabilidad constante para querer transformar la impunidad y poder aportar en la construcción de un mundo en el que se engendren nuevas generaciones con el legado que dejó Digna. Aquellas en las cuales parafraseando a Gioconda Beli “Sean generaciones de soñadores y amadores, hombres y mujeres que no sueñen con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores”.

Concluyó mi intervención, no sin antes brindar mi reconocimiento al esfuerzo, trabajo y dedicación del equipo que representó a Digna y a su familia desde hace 21 años, siendo un ejemplo de persistir y resistir, ante la esperanza de justicia.

Como Titular de la CEAV, asumo un compromiso ante la ante la familia Digna Ochoa y Plácido, ante las autoridades aquí presentes, así como las y los asistentes en este evento, para que el legado de digna en la CEAV nos guíe para buscar que se respeten los derechos humanos de todas y todos hasta que un día podamos decir “No viviré con miedo”. Gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos la participación de las autoridades convocadas y para continuar con este evento y a efecto de ofrecer la disculpa pública del reconocimiento de responsabilidad a nombre del Estado mexicano, le damos la palabra al Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez.

ALEJANDRO ENCINAS RODRÍGUEZ: Muchas gracias, muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Saludo en primer lugar, con respeto, afecto y solidaridad a los familiares de Ochoa y Plácido, a su hermano Jesús Ochoa y Plácido, pero a todas sus hermanas y hermanos que están aquí presentes pido le hagan llegar un saludo afectuoso a su señor padre, que lamentablemente no nos pudo acompañar el día de hoy;

Saludo también a sus representantes legales y a las Organizaciones de la Sociedad Civil que nos han acompañado a lo largo de estos 21 años y que hoy ven fructificado ese esfuerzo con este evento de reconocimiento de responsabilidad de disculpa pública por parte del Estado mexicano.

De la misma manera agradezco la presencia del Representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de todas las personas invitadas, así como, a los servidores públicos presentes del Gobierno de México; del Gobierno y de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México y del Municipio de Misantla, Veracruz.

Acudo, en representación del Estado mexicano a este Acto de reconocimiento de responsabilidad y disculpa pública a la defensora de los derechos humanos Digna Ochoa y Plácido y a su familia.

Quiero, en primer lugar, externar mi reconocimiento a la familia Ochoa y Plácido por su infatigable lucha que a lo largo de 21 años ha buscado la verdad y la justicia sobre la muerte de su querida hermana; este acto es, ante todo, un acto de reivindicación a la trayectoria de Digna Ochoa, a su compromiso y labor en la defensa de los derechos humanos en nuestro país y en la defensa jurídica de los más desprotegidos. Una defensa siempre apegada a principios, a la ética y con una fuerte convicción social.

Digna Ochoa, ha dejado un legado en la defensa de los derechos humanos y su trabajo en los pueblos indígenas y campesinos de Veracruz, Chiapas y Guerrero, que muchos otros ámbitos de la defensa de los derechos humanos de nuestro país que, como aquí se ha dado cuenta han sido eventos relevantes donde se ha marcado una trayectoria de profesionalismo y de compromiso con quienes menos tienen.

Nos encontramos hoy aquí para reivindicar y dignificar su trabajo, para resarcir y dignificar su memoria, por ello, ofrezco una disculpa pública a Digna y a su familia, porque el Estado mexicano no pudo garantizar su seguridad y su integridad personal y por qué tampoco el estado mexicano garantizó su acceso pleno a la justicia. Ofrezco una disculpa pública, por las fallas en la implementación de los protocolos especializados para la investigación de su caso, las faltas al debido proceso y las debidas diligencias; ofrezco una disculpa pública, porque su lucha y su memoria no pueden ser discriminadas, ni estigmatizadas por su pertenencia de género, ni su pertenencia social y cultural, pues su profunda sensibilidad ante la injusticia definió su carácter militante en la defensa de los derechos humanos en nuestro país.

Como lo establecido en la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, implementaremos de manera puntual todas las acciones que sean necesarias para reabrir la investigación penal de manera diligente, efectiva y dentro de un plazo razonable, con el objeto de esclarecer los hechos y determinar las circunstancias de su muerte; para ello, como lo ha señalado ya la señora Fiscal de la Ciudad de México, la Fiscalía de la Ciudad de México ha reabierto el caso y creado la Unidad del Caso Digna Ochoa, asumiendo su compromiso con la verdad y la justicia.

A menos de 1 año de la notificación de la sentencia, se ha avanzado de manera sustantiva en el cumplimiento de las medidas de reparación, rehabilitación e indemnización para la familia, y yo quiero solicitarle a la Titular de la Comisión Ejecutiva Atención a Víctimas, que no cejemos en la atención oportuna e inmediata de toda la familia para cumplir con esta responsabilidad y garantizar una reparación integral.

El Gobierno de la Ciudad de México, así como, el Municipio de Misantla Veracruz, han avanzado en el cumplimiento de lo ordenado por la Corte Interamericana, para que calles de ambas ciudades lleven el nombre de Digna Ochoa, lo cuál hoy ha sido plenamente acreditado, con el decreto que emite el Gobierno de la Ciudad de México para cambiar la nomenclatura de una calle en la Colonia Doctores, justo frente a la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, para que ésta lleve el nombre de Digna Ochoa y Plácido.

De igual manera el Gobierno de México, reconoce la situación de riesgo en el ejercicio de la defensa de derechos humanos y del periodismo en nuestro país, contexto que abordó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia dictada por el caso que hoy nos reúne y por ello queremos señalar, que para cumplir con estos mandatos la Secretaría de Gobernación, a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos Población y Migración, impulsa la creación de un nuevo marco legal y normativo que defina los ámbitos de competencia, concurrencia y obligaciones específicas de las autoridades de los 3 órdenes de gobierno en materia de protección a las personas defensoras de derechos humanos y periodistas, priorizando la implementación de medidas encaminadas a fortalecer una política pública de protección de personas de este sector.

Se trata de implementar una acción decidida de las instituciones del Estado mexicano para defender y garantizar, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a defender los derechos humanos, en nuestro país.

Sin duda, la sentencia internacional para el caso Digna Ochoa y Plácido contribuye a reforzar el deber del Estado mexicano para cumplir con sus obligaciones y garantizar el respeto irrestricto, así como, el ejercicio, protección y promoción de los derechos humanos en nuestro país.

Reitero nuestro reconocimiento a la familia de Digna Ochoa, que durante años, ha buscado conocer la verdad y que se haga justicia, y haremos todo el esfuerzo que nos corresponde para que así suceda en este caso y en otros muchos más donde tenemos deudas pendientes con defensoras y defensores de los derechos humanos quienes siguen clamando justicia por las arbitrariedades de que fueron objeto durante muchos años por parte del Estado mexicano.

Reciban nuestra expresión de compromiso y solidaridad del Estado mexicano, para reivindicar la memoria de Digna Ochoa y, con ello, defender un derecho humano fundamental, el derecho humano a defender los derechos humanos de todas las personas. Muchísimas gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos las palabras del Subsecretario y ahora solicitamos al señor Jesús Ochoa y Plácido pueda dirigir un mensaje en representación de la familia.

JESÚS OCHOA Y PLÁCIDO: Buenos días a todas y a todos los aquí presentes.

Licenciado Alejandro Encinas Rodríguez, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, quiero manifestarle que aceptamos la disculpa pública del Estado mexicano por el caso Digna Ochoa y Plácido y a nombre de la familia reitero la aceptación de la disculpa pública que acaba de emitir.

La familia Ochoa y Plácido estuvo conformada por 6 hermanas y 7 hermanos, más mis padres el señor Eusebio Ochoa López e Irene Plácido Evangelista, originarios de Misantla, Veracruz. De los 13 hermanos, 9 obtuvimos una carrera con mucho esfuerzo y sacrificio, el ser pobres o humildes no nos impidió tener sueños de ser alguien en la vida y 9 lo logramos, incluso un servidor siendo adulto.

Siempre luchamos contra la corriente por salir adelante y antes de ir a la escuela ya habíamos ido a vender algo de algún comerciante, así como, al regreso por la noche había que ganarse unos centavos vendiendo algo, aún con la tarea de la escuela. A la escuela acudimos descalzos, con ropa propia o regalada, pero limpios y nuestros libros forrados siempre con papel de estraza; la mayoría de las veces solo acudíamos a la escuela con un café en el estómago porque no había para más y sin dinero para el recreo, nunca tuvimos Día de Reyes como tal en el hogar, nuestros juguetes eran latas de sardinas, un trompo hecho de mata de café o de naranjo, mientras mis hermanas jugaban con muñecos y muñecas hechas con trapos volados, esa fue la realidad de nuestra niñez.

La detención injusta y tortura del señor Eusebio Ochoa López, un viernes 30 de mayo de 1980 a la hora de checar la entrada a laborar al Ingenio “Libertad”, lo detuvo la policía judicial de Veracruz, quien lo desapareció y torturó durante 3 días, apareciendo en el Municipio de Tlapacoyan, Veracruz, totalmente desfigurado el rostro y sin poder sostenerse en pie, por la brutal golpiza a la que fue sometido, para que se inculpara de un asesinato que no cometió.

Mi padre siempre aguantó la tortura y se mantuvo firme en su postura de no culpar a nadie de manera injusta que era lo que quería el Ministerio Público y los judiciales, el caso de mi padre también nos tocó enfrentarlo, logrando su liberación absolutoria el 17 de julio de 1981, gracias a la lucha de la familia y amistades que nos apoyaron.

A finales de 1988 Digna Ochoa y Plácido se traslada a la Ciudad de México, donde posteriormente ingresa al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro-Juárez, en donde llegó a ocupar el cargo de Asesora Jurídica de dicho centro, dicho centro llevaba casos muy relevantes o de alto impacto en donde para defenderlos se exponía la vida misma, con esfuerzo, dedicación y vocación por la defensa de los derechos humanos.

De manera paralela Digna ingresó al Centro Teológico Pastoral, desempeñándose como monja durante 10 años; el 19 de octubre de 2001 como a las 7:00 de la noche me entero por los cortes informativos de los medios de comunicación, de que a mi hermana había sido asesinada en el despacho donde laboraba por 2 disparos de arma de fuego, uno en la pierna izquierda y otro en el hueso parietal de la cabeza; por lo que de inmediato me trasladé a México, directo a la funeraria en donde vi un ataúd, contenía el cadáver de una mujer, de rostro pálido, y sus fosas nasales taponeadas con algodones, diciendo los presentes era el cuerpo de Digna Ochoa.

La observé por un buen rato y no podía creer que fuese el cuerpo de mi hermana, “No, no era ella”, repetí infinidad de veces en mis pensamientos, pero al final tuve que aceptar la realidad y alcancé a decirle “Negrita, te hubieras ido para Misantla y no hubiera pasado nada” “pero mira… ¿Quién fue manita?... ¿Quién fue?” pregunté insistentemente, sin respuesta alguna.

Después de ejecución pasaron 3 años para aceptar que Digna estaba muerta y no regresaría jamás a casa, pese al haber visto la visto infinidad de veces sus fotos donde yacía su cuerpo inerte, yo seguía con la esperanza de algún día poder abrazarla.

Hoy, hace 21 años decidí tomar el caso de mi hermana en mis manos, cosa que no ha sido fácil porque nos enfrentamos a los responsables de investigar su asesinato de Digna e impartir justicia de manera frontal. En este proceso enfrentamos humillaciones, burlas, malos tratos de las propias autoridades y una parte de la sociedad civil, sin embargo, hubo algunos momentos que marcaron para siempre, por el desprecio y la humillación que me hicieron pasar.

Por ejemplo, cuando la abogada que llevaba el caso y decía ser muy amiga de Digna no acudió a la Audiencia en Washington ante la Comisión Interamericana en febrero del 2003, aún con boleto en mano y reserva de hotel, pero lo más indignante fue, cuando me cito en su despacho y en el pasillo encontré los 37 volúmenes, los 37 tomos que contenía el expediente en ese en ese momento, diciendo la hermana de Bárbara Zamora, que no llevaría más el caso sin ninguna explicación. En ese momento sentí que el mundo se me vino encima sin saber qué hacer ni a dónde ir.

Otro momento que me llegó a lo más profundo del corazón, fue haber exhumado los restos mortales de Digna para hacerle los peritajes que demostraban la teoría oficial del suicidio, que era una gran mentira, fue doloroso no sólo sacar el cadáver de Digna de la fosa, sino ver y escuchar cómo les desprenden el cráneo y el crujido del mismo para hacerle la prueba de balística y más aún cuando le tomaron muestras a su cuerpo y su encía para comprobar que realmente era Digna.

Otro momento doloroso e indignante, fue cuando Renato Sales Heredia, hoy flamante Fiscal de Campeche, escenifico en la propia Procuraduría cómo se había supuestamente suicidado Digna Ochoa, mostrando a los medios de Comunicación; aunque la parte más ruin y cobarde fue, cuando las autoridades para justificar su absurda tesis del suicidio insultaron, enlodaron, descalificaron la imagen, la memoria de mi hermana, lo que entristeció y lleno de enojo a toda mi familia.

Aunque también quiero compartirles, que en estos 21 años, he encontrado grandes amistades que me han brindado su apoyo desde el primer momento, por ejemplo, mi amigo del alma, David Peña Rodríguez quien a pesar de ser un chiquillo en aquel entonces, cuando lo conocí me orientaba, me ayudaba, a mantener vivo el caso, porque llego justo en el momento que más lo requería y me sentía más abandonado, desesperado, y así se ha mantenido con nosotros hasta el día de hoy, y seguirá el tiempo que sea necesario luchar, pues junto con
Karla Micheel Salas Ramírez han hecho como equipo en los últimos 12 años, el trabajo más difícil, ante Organismos Internacionales, gracias por todo Karla.

Y quiero darle las gracias también, al Centro por la Justicia y el Derecho Internacional CEJIL quien me ha acompañado en todo el proceso y en suma a todas y todos los que creyeron en nosotros; los que nos acompañaron, los que nos dieron ánimo y fortaleza, algunas de esas personas están hoy aquí porque este acto es una forma muy significativa para decirles que teníamos razón.

A Digna Ochoa, la asesinaron por sus ideales y defender los derechos humanos y precisamente por esos mismos ideales estamos aquí para decirte, querida hermana, que no vamos a parar hasta encontrar la verdad, alcanzar la justicia y castigar a los que te arrebataron la vida y quienes inventaron la hipótesis del suicidio y lo sostuvieron.

Digna Ochoa, no esta muerta, esta más viva que nunca y exige justicia. Es cuento, gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos el mensaje del señor Jesús Ochoa y ahora el uso de la voz será por parte de la representación e invitamos a Viviana Krsticevic por parte de CEJIL a dirigir un mensaje

VIVIANA KRSTICEVIC: Buenos días a todos y a todas.

Creo que es muy difícil hablar después de Jesús, estamos todos muy emocionados porque Digna no es un caso, Digna es una hermana, es una defensora, es un ejemplo, una semilla, un colibrí, una mariposa, una inspiración para para tantos y tantas que defendemos los derechos desde distintos espacios, que luchamos contra la minimización, contra la injusticia.

Quiero darle buenos días, así los familiares de Digna, a las autoridades presentes, a mis colegas representantes, a las amigas y amigos que están acá que han venido y que han recorrido tantos años de resistir la ignominia, el olvido, la mentira, el racismo, la misoginia; a las y los mexicanos que ha llegado desde distintos rincones del país, a los que están desde afuera también recordándola y sintiendo este momento tan importante para la historia de México, para la historia de la familia, para el movimiento de derechos humanos, para las mujeres, no solo aquí en México, sino en toda nuestra América latina y más allá.

No quiero detenerme en las teorías del imposible suicidio, las manipulaciones, los rumores, la denigración de su imagen, la estigmatización, la misoginia, el racismo y clasismo que permearon tanto de lo que fue esta respuesta durante tanto tiempo a nuestra amiga y colega, por la que resistimos y persistimos. En parte no es necesario que sus representantes hoy nos refiramos a todo eso porque la Corte interamericana, la Comisión Interamericana también, pero la Corte determinó, el alcance de la responsabilidad del Estado puntos sobre las sillas y hoy al Estado le tocó traer parte del compromiso de la verdad reconocer su responsabilidad, no sólo lo que pasó sino en, en estos 21 años de olvido y de maltrato a la familia, su historia, a su a su legado.

Por eso, hoy quería recordar a esa Digna que nosotros conocemos y conocimos, a su sonrisa, a su sencillez a su valentía a su honestidad, a su firmeza, porque ella no solo es importante por lo que pasó, sino para el presente, ella siempre fue como dice esa canción tan bonita de Lila Downs, como en esta noche oscura relámpago de la verdad, relámpago de la verdad, tratando de marcar lo que faltaba, tratando de darle la mano a tanta gente que sufrió, parándose frente a los abusos de poder, en situaciones de mucho riesgo y sobre sus hombros estamos subidos nosotros siguiendo su ejemplo, mirando el horizonte de la verdad, la dignidad, la igualdad, la justicia, la reparación y muchas la recuerdan, por su trabajo.

Nosotros la recordamos por estar al lado de los torturados, los desaparecidos y los criminalizados, por haber tratado de enfrentar lo que era un discurso tremendo aplanador de mentiras, Digna la defensora de los sindicalistas, de las mujeres indígenas, de los ecologistas de la Tierra, de la montaña, de los bosques, de los ríos, Digna la defensora de la justicia, ese ejemplo emblemático de labor cuestionadora pero también amorosa, de empática, persistente.

Digna que también es parte de la continuidad de la lucha de las mujeres, del compromiso inclaudicable con la justicia social, con la verdad y con esa verdad por encima de la tergiversación y el abuso de poder y, entonces, en estos tiempos también la necesitamos, de sus cualidades, de su ejemplo de la Digna mujer y defensora excepcional.

Hay una defensora de derechos humanos que perdimos hace unos años, frente a la que siempre dicen que quisieron enterrarla, pero no sabía que era semilla, y Digna también, Digna fue semilla y se multiplicó en nuestros corazones y en la vida.

Nos recordábamos hace poco que, cuando a ella la asesinan a los pocos días nos, encontramos que Washington y plantamos un árbol, nos dormimos y éramos defensoras y defensores de derechos humanos de distintos lugares de América latina que habíamos compartido mucho con ella, compartimos sus luchas y sus sueños por una Relatoría de defensores de derechos humanos, porque haya derecho a defender derechos humano, porque se hace voz en las palabras de tantos de ustedes y nuestras compañeras decían “Digna presente” ¿no? y decían, “Digna presente” “ese árbol sigue ahí y sigue ahí, porque ella es eso, es eso, es semilla y es ese ejemplo” y hoy florece en las nuevas generaciones también porque, continúan los problemas para las personas defensoras de derechos humanos, las amenazas, la criminalización, la estigmatización, el acoso digital, la impunidad.

Necesitamos seguir con ese relámpago de la verdad y 21 años después, con esta sentencia, con su ejemplo nos regala otra semilla y hoy el Estado tiene que diseñar e implementar una campaña para reconocer la labor de las personas defensoras y un plan de fortalecimiento para un mecanismo de protección de las personas y un protocolo para la investigación y capacitaciones, y si este reconocimiento y este pedido de disculpas se enraíza y es semilla, hay una ruta posible que es la ruta de seguir reconociendo este rol central de las personas defensoras en el marco de la democracia, esa labor cuestionadora pero también, amorosa y principista de las personas defensoras de derechos humanos.

Reconocer a Digna requiere también ese inclaudicable lucha por la justicia social por las personas que han sido minimizadas y desprotegidas, sometidas al racismo, a la misoginia,  la exclusión, a  la injusticia y la protección de aquellos que defienden los derechos frente a los más poderosos, Digna nos obliga a ponernos en el lugar de las y los campesinos de las indígenas violentadas, por la desigualdad, por la tortura y por el desamparo y también, investigar los ataques y las amenazas contra las personas defensoras para que no vuelva a pasar y para derrumbar esas murallas de impunidad que rodean siempre a los intocables.

Para terminar, quiero evocar también a otras artistas, poetas, cantautoras y tantos que han alzado la voz, el lápiz, la guitarra, en memoria y reconocimiento de Digna querida y cerrar con una estrofa de esta banda que se llama la Maldita Vecindad, que tiene un corrido para Digna y que dice que “Digna es la sangre que lucha y abraza al hermano, que Digna es el alma que exige ni un abuso más, que Digna es la voz que no calla frente a la injusticia, que Digna es nuestra memoria y que este canto es en tu honor”, en tu honor Digna seguimos…

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos la participación por parte de CEJIL y ahora damos el uso de la voz a Karla Micheel Salas.

KARLA MICHEEL SALAS: Muy buenos días a todas y a todos.

Un saludo muy especial, por supuesto, a la familia de Digna, a las amigas y a los amigos de Digna, a las personas del presídium, a las organizaciones de la sociedad civil que nos acompañan; por supuesto, a los organismos internacionales que también se han dado cita el día de hoy, a todas las personas que se encuentran aquí cuya presencia por supuesto que resulta invaluable para todas nosotras.

También quiero enviar un saludo a quienes lamentablemente no han podido estar aquí, a nuestra querida Pilar Noriega, Emilio Álvarez Icaza, un saludo desde lo lejos, sabemos que, a pesar de su ausencia física nos han acompañado todos estos años.

Digna significa dignidad, compromiso, ética en la defensa de los derechos humanos, estar del lado de las mejores causas, trabajar por y para la justicia social, esperanza por un país con justicia, este acto es por ella, para ella, para recordar su trabajo, para su familia, también este acto, para toda la comunidad de personas defensoras de derechos humanos, para reivindicar nuestro trabajo en estos tiempos tan difíciles.

Ya quienes me precedieron han dicho muchas cosas hermosas sobre Digna, nuestra Digna, han recorrido su trayectoria, han hablado de cómo decidió convertirse en defensora de los derechos humanos, han contado historias que nos permiten saber cómo era en lo personal y profesional, de lo que significó enterarse de su asesinato, de lo difícil que fue para todos estos años luchar por la verdad, también de la falta de dinero, del dolor que generó que personas aliadas creyeran en la verdad oficial y que hoy sea distinto.

Si pudiera resumir en una frase lo que ha significado todos estos años de acompañamiento esta historia resumida, en una sola frase, sería de la desolación a la esperanza. Quiero compartir a ustedes cómo se ha trazado esa transición, debo decir que esta transición ha estado marcada por circunstancias de la vida, por decisiones oficiales, por voces que muchas veces nos dijeron que no teníamos la razón; pero también, por personas que estuvieron siempre con nosotras, con nosotros, con la convicción de que la verdad nos asistía.

En el marco del 19 de octubre, de un día como hoy, generalmente organizábamos conferencias de prensa y nos preguntábamos cada año y ahora qué vamos a decir, porque con el pasar del tiempo el caso perdía fuerza, pocos recordaban los hechos, muchos hablaban del caso como si conocieran el expediente, cuando era más bien una serie de rumores surgidos de esta información tergiversada y manipulada por parte de las autoridades de aquella época; ya saben esas mentiras que se repiten y se repiten, hasta considerarse verdades, mentiras que tienen patas larguísimas como diría “Galeano”, tan larguísimas que corren a mucha mayor velocidad que los desmentidos, a los mentirosos.

Durante mucho tiempo se nos dijo que la razón no nos asistía, de hecho, las decisiones de las entonces autoridades de la Procuraduría fueron confirmadas en 3 ocasiones por el Poder Judicial de la Federación, fueron contundentes, no había más que hacer, la esperanza estaba en vilo, todavía nos quedaba la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque tuvieron que pasar muchos años para que este organismo internacional tomara una determinación.

Cuando el caso fue enviado a la Corte Interamericana nos dio mucha emoción, sin embargo, esta se fue reduciendo mientras leíamos el informe de la Comisión Interamericana que, ni siquiera, consideraba a Digna como la víctima, ella era más bien una especie de contexto. Según la narrativa de la Comisión Interamericana en el caso, el asunto se trataba de violaciones a derechos humanos cometidos en contra de la familia, básicamente, porque no había una investigación amplia; había una investigación amplia, pero esta no había sido diligente; desde este planteamiento no se auguraban buenos resultados, ya saben, la obligación de investigar es de medio o comportamiento, el Estado no está obligado a resolver, hace lo que puede, aunque eso sea igual a la nada.

En ese momento hubo nuevamente voces, que aún desde la buena fe, nos dijeron, el caso se puede perder, es mejor avanzar a una solución que no implique un litigio.

En aquel momento recuerdo que dijimos no, hasta donde llegue, no podemos perder nada, porque ya no tenemos nada que perder. Recuerdo también que, nos dijeron ¿qué opina la familia? y con toda tranquilidad y contundencia dijimos hace familia opina lo mismo, hasta sus últimas consecuencias.

Ese informe de fondo, que lo consideramos un agravio más, fue también el parteaguas para que la desolación se convirtiera en esperanza, el proceso del caso ante la Corte y la sentencia en sí mismo, han hecho que la esperanza ya no se sienta que depende de un vilo, esto sin duda, se debe al gran equipo de trabajo que se conformó con CEJIL y también a las peritas, a los peritos, a especialistas que nos acompañaron en el caso, Angela Buitrago, José Luis Prieto, Constanza Rangel, Erika Guevara, Mariana Castilla, Emanuel Santos, Emilio Álvarez Icaza, Pilar Noriega, Michael Frost, José Antonio Becerril.

Gracias a ellas y a ellos este aniversario es distinto, ahora, tenemos una sentencia que reconoce que la investigación fue absolutamente deficiente, que la determinación en tres ocasiones del supuesto suicidio disimulado, no solo, no estuvo sustentada en la valoración objetiva de la prueba recolectada, sino que, de acuerdo con la Corte, es difícilmente compatible con la sucesión de los hechos que constan probados y en específico con las circunstancias y la forma en la que habría tenido lugar la muerte de Digna.

La violación de los derechos humanos de Digna reconoce la Corte no se agotó con la investigación con su muerte, sino que, tuvo una continuidad y se vio exacerbada a través de un discurso canalizado por agentes estatales encaminado a denostar su imagen pública, polarizar a la sociedad mexicana y sustentar ante la opinión pública la versión del suicidio. Todo ello, además dice la Corte, haciendo uso de estereotipos de géneros nocivos.

Dice Pierre Bourdieu sobre "la importancia de las decisiones judiciales, que representan la forma por excelencia de la palabra autorizada, la palabra pública, que se enuncia en nombre de todos, son algo así como actos mágicos que tienen éxito, porque tienen la capacidad de hacerse reconocer universalmente, por lo tanto, de obtener que nada se pueda negar o ignorar desde ese punto de vista, imponen una visión, las sentencias judiciales también, son un instrumento a través del cual se puede establecer la verdad de los hechos es ese instrumento que debe de reconocer a las víctimas y establecer la responsabilidad de los agresores”. En este caso, del Estado mexicano.

La Sentencia es el instrumento que concreta el derecho de las familias a conocer la verdad de lo ocurrido, hay un antes y un después de la Sentencia de la Corte, no queda duda, hay quienes de manera de defensa podrían negar y podrían seguir insistiendo que la investigación estuvo bien realizada, pero eso solo es necedad, los hechos fueron expuestos y quedaron probados, a Digna Ochoa la asesinaron y la investigación fue deficiente y ha llevado a que el caso se mantenga en la impunidad.

Digna fue reivindicada con esta Sentencia, fue considerada la víctima principal en el caso, y con ello también se reconoce la labor de las personas defensoras de los derechos humanos, la labor realizada por más de 21 años por parte de Jesús Ochoa y, por supuesto, por parte de su familia.

Esta es la breve historia de cómo la desolación se convirtió en esperanza, mientras escribía estas palabras pensaba y ¿Cómo hemos logrado sostener este caso tantos años? y han llegado varias respuestas, en lo personal me sostuvieron la confianza depositada por Jesús y por extensión de su familia, el amor y la solidaridad de y con David, la convicción que teníamos la razón, que la verdad había sido tergiversada, manipulada, una convicción que compartimos con personas que pese a todo y contra todo han acompañado en diferentes momentos a la familia y a la propia Digna, Víctor, Lilia, Vanesa, Emilio, Pilar, Miriam, Micheel, Miguel, Jaral, Brisa, Eréndira, Felipe, Michael, Maribel y muchas y muchos más.

A quienes en diferentes momentos con su trabajo también han acompañado este caso desde lo jurídico Edith, Héctor, Miriam, Zahir, Rocío, Laura, Miguel, Alan, Tabata, Abigail, Nancy, Francisco e Ivonne, y también mientras escribía estas líneas me pregunté ¿de dónde sostenemos la esperanza? y también tengo varias respuestas.

La primera, en la justicia; en saber que la historia puede contarse de otra manera, que podemos acercarnos a la verdad que los responsables pueden ser identificados y llevados ante la justicia, creo en el efecto transformador de las sentencias de la Corte Interamericana, creo que no tenemos que acostumbrarnos a la impunidad, que la verdad, la justicia y la reparación, puede ser una realidad, que la sentencia es en sí misma parte del legado de Digna, a eso aspirábamos, que tuviera medidas de reparación que contribuyeran a la transformación del sistema de justicia, y lo es, y lo hemos dicho, Digna aún después de muerta, siguió litigando en el Sistema Interamericano.

También la esperanza se sostiene de que Digna así como nos inspiró a toda una generación de abogadas y abogados, por supuesto en la cual formó parte, a ver los derechos humanos como una condición de vida lo haga con otras generaciones, es decir, no me refiero a simplemente estudiar los derechos humanos en alguna universidad o hacer promoción de los derechos humanos desde el escritorio, sino, a la defensa que se hace de los derechos humanos desde las comunidades, en el territorio, en el trabajo directo con las personas, con la gente que más lo necesita del lado de las mejores causas.

Finalmente, no puedo terminar sin decir, que esta esperanza renovada que surge de la Sentencia no puede regresar a la a desolación, quienes estamos aquí, todas y todos, desde nuestros diferentes espacios y responsabilidades, debemos trabajar porque esta sentencia se cumpla.

Ernestina, la Fiscal aquí presente, la mujer que en un 8 de marzo del año 2002 escuché, siendo ella presidenta de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, organización a la que también pertenezco, escuché exigir justicia por las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y por Digna Ochoa, hoy en tus manos, tienes la posibilidad de materializar esa justicia para la familia, para la comunidad de defensoras y defensores de derechos humanos de la cual tú también provienes, aquí estás con todo tu equipo, incluyendo el personal de la Unidad Especializada, sabemos que el reto no es sencillo, pero su trabajo puede hacer una diferencia, mantengan la llama de la esperanza viva.

También para las funcionarias y los funcionarios que están aquí en este acto, la mayoría forman parte de un gobierno distinto, a muchas y a muchos les conocemos, sabemos que compartimos con varios de ustedes, la convicción por un mundo más justo, que sabemos que el corazón late fuerte abajo y a la izquierda.

El cumplimiento de esta Sentencia es un imperativo ético, y es urgente, es un acto de congruencia y lealtad con los ideales de la dignidad, la verdad y la justicia social; este acto es un parteaguas, no es solo una de las 15 medidas a cumplir, no es sólo un acto protocolario, es un homenaje a Digna pero también es un homenaje a las personas defensoras de los derechos humanos, especialmente a las mujeres, a nosotras, las que defendemos en el día a día los derechos humanos, las que estamos construyendo un mundo con justicia y dignidad sin ningún tipo de discriminación.

Como otra gran defensora de los derechos humanos y querida amiga dijo en un memorable discurso en Dublín, antes de ser asesinada, Betty Cariño: “Nosotras que empujamos un profundo y extenso proceso de organización, movilización, análisis, discusión y consenso, que nos ayude a construir un mundo donde quepan muchos mundos, nosotras que somos el resultado de muchas, luchas que llevamos en la sangre la herencia rebelde de nuestras ancestras” nosotras que como Digna, como Bertha, como Betty y como tantas otras que nos han arrebatado, que sabemos que debemos de seguir sembrando sueños para cosechar, para nosotras mismas y para las otras, esperanzas… muchas gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Para finalizar demos el uso de la voz a David Peña representante del caso.

DAVID PEÑA: Buenos días gracias a todas y a todos acompañarnos, a las autoridades desde luego, a la familia Ochoa, no voy a repetir los nombres porque son muchos y muchas.

Ayer que platicaba en la noche con Jesús Ochoa, hablamos sobre el tiempo que iba a tardar este evento y entonces yo le decía a Jesús, mira el tiempo que dure es lo necesario para decir, lo que tenemos que decir, hemos esperado 21 años para estar aquí, 21 años que no han sido fáciles, ya se ha hecho el recuento de algunos momentos duros de todo este tiempo y de todo este proceso, pero primero antes de compartirles algunos de esos momentos y de lo que ha sido este proceso durante más de 2 décadas, quiero agradecer desde luego la confianza a la familia Ochoa y Plácido por permitirnos ser sus abogados y representantes desde hace ya muchos años.

A Jesús, desde luego mi hermano del alma, también mi amigo del alma, con el que hemos construido más allá de una relación de trabajo, una amistad muy fuerte, que nos ha llevado justo, o que nos ha traído, más bien, hasta el día de hoy.

Decía yo que este proceso no ha sido sencillo, no fue sencillo, primero porque, luchábamos contra los caciques, contra los intereses, contra los asesinos de Digna, contra quién orquestó el asesinato de Digna, después porque tuvimos que luchar contra las autoridades, como decía Jesús, que se resistieron hacer una investigación diligente; tuvimos que luchar contra la imagen de los medios de comunicación y tristemente tuvimos que luchar también contra una parte del movimiento de derechos humanos de Organizaciones de Derechos Humanos, que pues no compartían la base de la exigencia de justicia que teníamos desde la familia y su representación, pero más adelante era una mención especial a lo que impactó este caso el movimiento de derechos humanos.

Mientras Jesús como dijo, se enfrentaba muchas de estas humillaciones, maltratos frente a las autoridades, a mí me correspondía, en los inicios pues seguir manteniendo el apoyo sobre todo internacional, precisamente por la división que se hizo el movimiento de derechos humanos, entonces me correspondía buscar la solidaridad internacional y en esa necesidad, hicimos giras rifas, campañas, venta de productos, eventos religiosos, pedimos prestado, empeñamos lo que teníamos, para seguir con el caso.

En muchos momentos ya no teníamos dinero, literal ni para los pasajes, que viniera Jesús a seguir plantándose en la en la Procuraduría durante muchas horas para seguir soportando ese maltrato y aquí hago un paréntesis porque es especialmente significativo que el día de hoy se haya publicado que ese pedacito de calle de Gabriel Hernández, donde está la Fiscalía se cambie el nombre Digna Ochoa porque justo ahí fue donde Jesús, la representación, sus diferentes abogadas y abogados tuvieron que pasar horas, semanas y años padeciendo y sufriendo el maltrato de las autoridades; por eso es significativo que ese pedacito de calle hoy se llame Digno Ochoa y Plácido.

Seguimos en este caso por convicción sí, porque teníamos la certeza de que Digna había sido asesinada, pero sobre todo, y creo que eso lo compartimos, seguimos en este caso por necedad, la necedad de seguir defendiendo nuestras convicciones, la necedad de saber que teníamos la razón y, que hoy, después de muchos años después de 2 décadas logramos compartir y que sea reconocida por todas las autoridades del Estado mexicano.

Fue muy complejo para nosotros como parte del equipo yo me sentía y me siento un Ochoa adoptivo, ya no somos muchos pero… fue muy difícil para nosotros el poder hacer por ejemplo, los peritajes que sirvieron en su momento para tumbar esta hipótesis del suicidio y fue muy complicado porque no teníamos recursos, porque no teníamos contactos, porque no sabíamos con quién hacerlo, sin embargo, logramos pese a la opinión pública y pese a las imágenes y a la construcción que se había hecho sobre el caso, revertir poco a poco y no de manera fácil, la hipótesis del suicidio para probar hoy y escuchar que lo que se tiene que investigar es el asesinato de Digna Ochoa.

Ahora sí, sobre lo que generó este caso en el movimiento de derechos humanos, me parece muy importante mencionarlo, porque están aquí compañeras y compañeros de Digna con quienes quisimos compartir este momento, quienes estuvieron durante muchos años trabajando con ella, acompañándola quienes creyeron que Digna había sido asesinada, quienes tenían la certeza de que Digna había sido asesinada y que no se dejaron endulzar la oreja por esos cantos de sirenas de lo que en ese momento era un gobierno de izquierda con quienes además conocíamos a gente que estaba en las autoridades, creíamos en su palabra pero que lamentablemente lo que hicieron fue enlodar el nombre de Digna, enlodar su imagen, enlodar su trayectoria.

Ese canto de las sirenas no queremos que se siga repitiendo, no es suficiente con discursos de compromisos, con discursos políticamente correctos o con discursos con frases de la izquierda, es necesario un cambio que nos garantice la justicia social, que nos garantice la libertad para todas y para todos y que nos garantice ,en este caso y en muchos otros, el derecho a la verdad; esa verdad que fue tergiversada por las autoridades, que dividió al movimiento de derechos humanos impacto también a lo a la organización con la que llevamos el caso que era la Asociación Nacional de Abogados Democráticos originalmente y nos dividió también, sin embargo, tuvimos la capacidad en la fortaleza de seguir adelante, de mantener este caso, pese a la de desacreditación y a la descalificación que se hacía.

Aquí yo hago un paréntesis, porque este acto también como defensor de derechos humanos, como representante de la familia, como amigo de Jesús, es un desagravio personal también, como defensor, para todas aquellas y aquellos que nos descalificaron durante décadas qué se burlaron de la convicción que tenía es un acto también de desagrado para nosotras y para nosotros.

Esto constituye un cierre de un ciclo de un largo proceso, pero quiero pedir e invitar al propio movimiento de derechos humanos, a las y los defensores que cerremos ese ciclo que abrió el asesinato de Digna Ochoa, cerremos pues, esas divisiones que se generaron, aceptemos los errores, reconozcamos que nos dejamos llevar por unas voces, por estos cantos de sirena y avancemos todas y todos en la exigencia de justicia para Digna y para su familia.

Esto es, un mensaje simbólico para esta generación, decía Micheel, de nuevas defensoras y defensores de derechos humanos, que ahora muchas y muchos nos acompañan aquí, para recordarles que el legado y la lucha de Digna nos va a seguir impulsando a trabajar, a seguir peleando, a seguir enfrentando las autoridades y a seguir sobre todo trabajando por los derechos de las víctimas, pero este trabajo no sería posible sin el acompañamiento en equipo de todas y todos los que hemos participado en este proceso, desde luego al equipo, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social.

A veces no es sencillo trabajar Karla y conmigo pero, desde luego que les reconocemos siempre su trabajo, su dedicación, su convicción, su compromiso, a Karla desde luego cómplice estos 15 años de lucha por los derechos humanos, agradecerles también a nuestras familias porque luego pues muy seguido no entienden lo que hacemos, sin embargo, siempre nos acompañan, siempre nos respaldan; a los medios de comunicación, que replican nuestras voces y las de las víctimas desde luego, a todas y a todos los que han acompañado este proceso a lo largo de 21 años muchas muchas gracias, sin ustedes esto no sería posible.

Queremos pedirles que acompañen esta Sentencia, que se apropien de la sentencia, que la citen, que nos acompañen a la develación de la placa que haremos en el cambio del nombre, estoy aquí públicamente comprometiendo a los funcionarios, este vamos a develar una placa del cambio de nombre de la calle Digna Ochoa, los invitamos, las invitamos a que nos acompañen, también a esta develación que será simbólica, pero que es muy importante.

Sólo así, entre todas y todos, trabajando con las y los servidores públicos, quienes tienen este compromiso también desde la izquierda, quienes tienen este compromiso social, vamos a poder lograr transformar este país; alcanzar la justicia verdadera y evitar, en la medida de lo posible, que actos criminales como el que se cometió en contra de Digna queden en la impunidad y se sigan repitiendo.

Efectivamente esta generación, luchamos desde hace muchos años por la construcción de otro mundo es posible, porque seguimos estando convencidas y convencidos de que un mundo mejor es posible, esa era nuestra utopía, el luchar por esa utopía, hoy este acto también era una utopía, hace 21 años nunca pensamos estar aquí en este acto de reconocimiento, en este acto de disculpa, reivindicando la memoria de Digna y reconociendo que Digna había sido asesinada por su trabajo como defensora de derechos humanos, ¿cómo puedo creer, que el mundo se quedó sin utopías? Si este acto en sí mismo, es una realidad, cuando durante décadas fue una utopía, sigamos luchando entonces, todas y todos, por alcanzar esas nuestras muchas otras utopías hasta lograr un mundo diferente, un mundo mejor, muchas gracias.

MAESTRA DE CEREMONIAS: Agradecemos la participación de todas y todos los convocados y es así como damos por finalizado el acto del día de hoy, muchas gracias.